He llevado a cuestas los recuerdos de una vida, vida que a decir verdad, no sé si ha sido buena o mala, la cual sin duda está llena gratos instantes.
Cierro los ojos y ya no me veo aquí; daré rienda suelta a los sueños de antaño, aquellos que por largo rato se fueron empolvando en el baúl del "algún día".
Ser como "Rose Dawson", que a pesar de dejar ir lo que más quería, supo darle un giro a su vida, y enriquecerme de nuevas experiencias. . . . que el día de mi partida, las paredes que hoy lucen vacías estén llenas de hermosos lienzos y en todos ellos dibujada una sonrisa.
Una sonrisa bella y no aquella de una pose, sino aquella que brote del alma.